Lo importante en cualquier debut es empezar ganando. Y Regatas cumplió esa premisa (58-54), picando en punta en la Zona Norte de la Liga Nacional de Básquetbol. Después se podrá analizar en frío que el equipo del parque Mitre no mostró la versión que se espera por la calidad de su plantel y que dependió en demasía de su jugador-franquicia, Federico Kammerichs, quien completó una planilla brillante: 15 puntos (5/8 de cancha y 4/4 libres), 16 rebotes, 5 tapas y una valoración total de 36. Excelente carta de presentación para el goyano, que rápidamente se “metió en el bolsillo” a la gente.
Pero no hay que dormirse en los laureles porque mañana, ante Ben Hur, habrá un nuevo examen.
Muy buen arranque tuvo Regatas. Apoyado en la enjundia de Kammerichs para luchar los rebotes y la intensidad para cortar la línea de pases, el equipo del parque Mitre tomó la iniciativa y la tradujo en el resultado. El eficaz armado de Montecchia, la presencia intimidante de Kammerichs en defensa (fue un “imán” para capturar rebotes) y la determinación de López en ofensiva (9 puntos) hizo que el dueño de casa marcara las pautas del partido. No obstante, Obras, que tuvo que forzar repentizaciones para intentar vulnerar el aro regatense, trató de mantenerse siempre cerca. El primer cuarto igual, fue favorable a Regatas (20-13).
Para el segundo segmento, Obras propuso un juego de mayor roce y esto, beneficiado por la permisividad de Estévez y Fernández, hizo que el nivel del juego decayera notablemente. Para más, en ese principio Regatas no se mostró tan compacto en defensa y Martina dañó con acciones de pick and roll. Se notó la ausencia de Kammerichs en ese sentido, porque en la pintura precisamente se generaron ciertas filtraciones y el visitante pudo ponerse a tiro (28-25). Pero luego, en una ráfaga, otra vez la defensa potenció a Regatas, que mantuvo la ventaja de siete: 32-25 la etapa.
No regresó de la mejor manera Regatas al rectángulo de juego. Obras, en cambio, con elevado tono defensivo, le quitó claridad y fluidez a la ejecución del elenco de Santander, que apeló a un juego muy periférico y se olvidó -no tuvo tampoco mayores posibilidades por la defensa extrema de Obras- de poner la pelota en la pintura. Entonces no extrañó que Obras metiera un parcial de 11-0, que lo puso por primera vez en la noche al frente (44-40). A Regatas lo dominó el desconcierto y fue anárquico en ataque. Prueba de ello resultaron los 2/8 en triples en el parcial. Era momento de que apareciera el temple de los jugadores, porque Obras había ganado en confianza y entraba “dulce” a los momentos decisivos.
Aunque si se esperaba una reacción en el último cuarto, nada mejor que lo expuesto en los primeros dos minutos de ese segmento final. Porque con Kammerichs como abanderado, en defensa y en ataque, el equipo del parque Mitre rápidamente recuperó el dominio en el resultado y a partir de ello ganó cierta tranquilidad.
De todos modos, nada estaba definido. Aún más limitado por la defensa regatense, Obras dispuso de oportunidades inmejorables para cantar victoria, pero en una de ellas Martina recibió un tremendo "tapón" de Kammerichs y luego Titarelli fue "comido" por el reloj de 24 segundos. Ahí recién respiró tranquilo Regatas, que con dos libres de Acosta decretó el resultado final. Había que ganar... y se cumplió.
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